Belenes vivientes: sus divertidas primeras representaciones en Murcia
El origen de los belenes vivientes en la Región, especialmente a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, no eran representaciones teatrales “formales” como las actuales, sino populares. Ligadas a fiestas de barrio, pedanías y comunidades rurales, estas escenificaciones contaban de manera real con la presencia de vinos y licores en la escena.
¡Te lo contamos!

No eran actos escénicos si no celebraciones comunitarias
No eran actos escénicos: eran celebraciones comunitarias Sin un guion cerrado, ni horarios estrictos, ni una clara separación entre público y actores, los participantes de los belenes vivientes —pastores, lavanderas, panaderos, vendedores— eran vecinos del lugar que se vestían “de época” y ocupaban espacios del pueblo o de la huerta, muchas veces durante horas.
En ese contexto, el vino y los licores formaban parte habitual de la celebración, especialmente en invierno y en las fiestas religiosas ya que, entonces, su consumo, estaba normalizado en las representaciones.
La espontaneidad era uno de sus mayores atractivos
Crónicas municipales, relatos y recuerdos recogidos por asociaciones belenistas, coinciden en lo mismo: pastores que improvisaban diálogos, personajes que rompían la escena para saludar a conocidos, niños que abandonaban el pesebre para ponerse a jugar con amigos que pasaban por allí, y también, algún figurante animado de más por el vino.
Pero todo esto no se vivía como un problema, sino como parte del ambiente festivo. En esas improvisaciones y actos espontáneos, se encontraba su mayor gracia. Era Navidad vivida, no representada.
A partir de los años 70 y 80, con el auge del turismo cultural, la institucionalización de las fiestas y la entrada de asociaciones belenistas, los belenes vivientes se vuelven más coreografiados, cuidados y pensados para el visitante.

Belenes vivientes que hoy puedes seguir visitando
Uno de los ejemplos más consolidados de esta práctica es el Belén Viviente de El Raal. En esta pedanía del municipio de Murcia sus escenas se organizan anualmente con la participación de más de un centenar de vecinos. Se recrean episodios como la Natividad o la Adoración de los Reyes Magos en espacios abiertos de la huerta murciana, integrando oficios tradicionales y paisajes locales a la representación.
En otras localidades —como La Ñora, donde además del belén se organiza un mercadillo artesanal navideño—, se reproducen escenas similares, a menudo con participación de asociaciones locales, grupos de belenistas y vecinos implicados en la puesta en escena.
Ahora que conoces el origen de estos belenes, entenderás más que nunca la expresión de: “Y se armó el Belén”. Hoy día puedes seguir disfrutando de esta representación tan peculiar en la Región de Murcia pero teniendo en cuenta que, los vinos y la improvisación, ahora se quedan fuera de la escena, al menos, visible.




